Después de formarse en varios conjuntos burgaleses, el jugador dio el salto al equipo juvenil del Real Zaragoza en el verano de 2011. Desde entonces, Rico fue creciendo como futbolista alcanzando un alto nivel en la categoría de plata, en la que acabó siendo una pieza fundamental del conjunto aragonés. En total, dos temporadas en Segunda B con el filial maño y tres con el primer equipo en Segunda División.
En su primera temporada en Butarque, Rico se consolidó como el habitual lateral izquierdo del equipo, siendo un baluarte en defensa y también en sus incorporaciones al ataque. En su segunda campaña consolidó su posición en el carril, mostrándose firme en defensa y con potencial para subir la banda y convertirse en un arma ofensiva para el equipo, como demostró con sus tantos ante Valladolid, Villarreal o Real Sociedad.