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Debuta con el Lega el malogrado Óscar Molina

El 15 de enero de 1995, el Leganés recibía en el Luis Rodríguez de Miguel la visita del Mallorca. Los pepineros eran antepenúltimos en la tabla y luchaban por la permanencia en su segunda temporada en Segunda División. Ese día, los de Luis Ángel Duque verían cómo el partido se les complicaba casi desde el comienzo: en el primer minuto se adelantaban los baleares, después Mesas se marcaba un autogol y, a pesar de recortar distancias por mediación de Íñigo, los bermellones establecían el 1-3 definitivo antes del descanso.

Sin embargo, ese día debutaba como jugador del Leganés Óscar Molina. Con apenas veinte años, el prometedor zaguero cedido por el Real Madrid disputaba su primer encuentro como blanquiazul de los nueve que tendría ocasión de jugar. La temporada siguiente volvería al filial blanco, y después fichaba por el Mérida. Todo era esperanzador para el joven futbolista hasta que el 12 de diciembre de 1996 la desgracia se cebó con él. Ese día, cuando viajaba desde Madrid hasta Mérida, sufrió un terrible accidente de coche que acabó con su vida.

Jorge Valdano, Lorenzo Sanz, Sergio Kresic, Sergio Egea, compañeros como Guti o García Calvo, y todo el fútbol español en general mostraron su desolación por el trágico suceso. La carretera se llevaba por delante la vida de un jovencísimo futbolista que un 15 de enero de hace ahora veinte años debutó con el Club Deportivo Leganés.