El Leganés pone el juego y el corazón para llevarse los tres puntos (0-1)

Con el apoyo de más de 350 pepineros, que hicieron más de 400km de ida y otros tantos de vuelta un jueves para arropar al Leganés, el equipo de Asier Garitano saltó al césped del Carlos Tartiere. Y lo hizo con la entrada en el once titular de Asdrúbal en la delantera y de Jorge Miramón en la banda derecha por el lesionado Omar Ramos, como principales novedades.

El Leganés perdonó en la primera parte con un disparo al larguero incluido

Primeros minutos de tanteo hasta que el Leganés mostró sus intenciones a los quince minutos con un peligroso centro de Albizua al que a punto estuvo de llegar la cabeza de Gabriel. Los pepineros cogieron confianza y en apenas unos minutos Asdrúbal de cabeza, Gabriel con un zapatazo al larguero y Mantovani también de cabeza pusieron el grito en la hinchada madrileña. Tocaba seguir remando.

El Leganés combinaba y buscaba en profundidad por banda el gol de la victoria ante un Real Oviedo que vivía de las imprecisiones que pudieran cometer los visitantes. Así, en un contraataque probaron la destreza de Serantes que pudo rechazar el fuerte disparo junto a su palo.

Los leganenses respondieron, ya en los instantes previos al descanso, con una llegada de Gabriel que apurando en línea de fondo puso el balón en boca de gol, pero se adelantó la zaga local in-extremis.

Gabriel adelantó a los pepineros y Serantes evitó el empate parando un penalti

Tras la reanudación, el Leganés siguió llevando el peso del partido protagonizando las primeras ocasiones del segundo periodo, aunque sin consecuencias. Asier Garitano movía ficha y daba entrada a Rubén Peña por Asdrúbal. Delantero por delantero y a seguir acechando la meta rival.

Poco después llegaría el gol del Leganés. Centro de Timor, rechaza la zaga local y ahí está Gabriel para aprovechar la oportunidad y con un disparo raso pegado al poste inaugurar el marcador para alegría de la parroquia pepinera, pero el camino no iba a seguir siendo fácil.

A los pocos minutos, penalti inexistente pitado en contra del Leganés por una dudosa falta fuera del área que el colegiado apreció dentro. Disparo desde los once metros y paradón de Serantes a una mano abajo muy cerca del palo. Por delante veinte minutos de sufrimiento y de derroche de esfuerzo de los pepineros, ahora con Alberto Martín en el centro del campo. También entró Víctor Díaz.

Aire fresco para mantener la ventaja en el luminoso. Todavía quedaban cuatro minutos de tiempo añadido, que acabaron siendo seis y medio por varias interrupciones. El árbitro pitó el final y con él la liberación de tensión, las caras de alegría y las imágenes imborrables de satisfacción entre plantilla y afición. Leganés tiene un sueño y no va a renunciar a ello.